Datos reveladores en memoria anual de la SSN

La reciente publicación de la Memoria Anual 2023-2024 por parte de la Superintendencia de Seguros de la Nación (SSN) ofrece una radiografía precisa —y por momentos incómoda— del sistema asegurador argentino. Si bien los números nominales podrían sugerir un crecimiento del sector, el análisis en moneda constante revela una realidad más compleja.

Durante el ejercicio económico finalizado el 30 de junio de 2024, la producción del mercado asegurador argentino (sumando primas emitidas de las aseguradoras y las reaseguradoras) superó los $13,5 mil millones. Esto representa un incremento del 256% respecto al año anterior. Sin embargo, el dato más relevante es el ajuste por inflación: en términos reales, la actividad retrocedió un 4,2%. La proporción de la producción respecto al PBI subió apenas 0,5 puntos hasta alcanzar el 3,7%, reflejando una recuperación débil del protagonismo económico del seguro.

La producción de primas del mercado representó el 3,7% de PBI.

Liderazgo de los ramos patrimoniales

El análisis por ramos muestra un marcado dominio de los seguros de daños patrimoniales, que representan más del 86% de la producción aseguradora. Dentro de estos, Automotores lidera con casi el 49% del total, seguido por Riesgos del Trabajo con el 25,6%. En el campo de los seguros de personas, los productos de Vida (colectivo e individual) concentran el grueso del negocio.

Estructura financiera

Pese al aumento de la producción, el balance financiero arroja un resultado neto negativo de $435.584 millones. Este rojo se explica por la presión que ejerció la pérdida del resultado financiero —más de $2,8 mil millones— que contrarrestó el resultado técnico positivo de $2,5 mil millones. La explicación es clara: la inflación y las restricciones del contexto macro afectaron la rentabilidad real de las inversiones, que componen más del 70% del activo del sistema.
Las posibilidades de invertir de las aseguradoras están atadas a un menú determinado por la regulación. En este marco, los títulos públicos, fondos comunes y obligaciones negociables representan más del 86% de las carteras.

El patrimonio neto del sistema cayó un 7,2% en términos reales. Aunque las compañías aún exhiben indicadores razonables de liquidez (273%) y solvencia (cobertura del 158%).

Las señales de alerta que deja la Memoria 2024 son claras: presión sobre los márgenes, necesidad de diversificación de productos, y urgencia de políticas de largo plazo que fortalezcan al sector como actor estratégico del sistema financiero nacional.

La foto del seguro argentino es la de un sector que, a pesar de las dificultades, resiste. Pero la película completa dependerá de su capacidad de evolucionar y adaptarse a un entorno que no da tregua.

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